INNOVA Research Journal 2019, Vol 4, No. 2, pp. 102-119
Introducción
La degradación medioambiental es un problema global que ha tomado fuerza durante las
últimas décadas como consecuencia de un inadecuado crecimiento y desarrollo económico,
motivando muchas investigaciones que buscan determinar los antecedentes y efectos de esta
problemática.
Este escenario ambiental no presenta la misma intensidad en todos los países. Según
Zambrano-Monserrate et al. (2018), las economías desarrolladas son las más afectadas por la
contaminación debido a su alto grado de industrialización; sin embargo, las economías en
desarrollo son más vulnerables a los efectos del cambio climático, el mismo que encuentra
muchas de sus causas en las actividades humanas que generan gases de efecto invernadero
(GEI), los que, de acuerdo con Ozturk y Acaravci (2010), están constituidos en un 60% por
dióxido de carbono.
Uno de los conceptos más usados para entender la relación entre la degradación
ambiental y el desarrollo económico es la Curva Medioambiental de Kuznets (EKC por sus
siglas en inglés). La hipótesis de esta curva sostiene que, en una primera etapa de desarrollo
industrial, la calidad del medioambiente empeora hasta llegar a un pico, luego del cual, a un
mayor desarrollo le corresponde una mejora en esa calidad.
Por otra parte, muchas investigaciones académicas se han desarrollado bajo la hipótesis
EKC, debiendo determinar previamente cómo medir la calidad del medioambiente desde
diferentes perspectivas incluyendo el bienestar humano (Streimikiene, 2015). Aunque son
muchos los factores que afectan, numerosos estudios utilizan básicamente el dióxido de carbono
(
CO2) como su variable proxy para medir la degradación medioambiental (Kılıç & Balan, 2018;
Zambrano-Monserrate, Silva-Zambrano, Davalos-Penafiel, Zambrano-Monserrate, & Ruano,
018; Rodríguez-Méndez, Pena-Boquete, & Pardo-Fernández, 2016). Esta estrategia
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metodológica se aplica debido a su relevancia en los gases de efecto invernadero, además de que
el CO2 está relacionado en buena medida con las formas de vida y producción de cada economía.
Como en todas las regiones, también en América Latina existe un vínculo entre su
crecimiento económico y el deterioro ambiental resultante. En la década pasada, esta región ha
presentado una bonanza económica vinculada al auge de las commodities. Este tipo de
economías, basadas en la extracción de recursos naturales, repercuten significativamente en la
degradación medioambiental (CEPAL, 2018).
A nivel nacional, en Ecuador también se evidencia un vínculo entre su crecimiento
económico, las repercusiones ambientales y sus políticas energéticas y ambientales. Así, a partir
del año 1972, con el boom petrolero nacional, la estructura económica del país y su dinámica se
anclaron en el sector petrolero, siendo éste el recurso primordial en la matriz de energía primaria
(Ministerio Coordinador de Sectores Estratégicos, 2013).
Según el Banco Mundial (2017), Ecuador ha experimentado un crecimiento promedio del
PIB de 4,3% durante el periodo del 2006 al 2014, impulsado por los altos precios del petróleo.
Mientras que, las emisiones de GEI tuvieron un incremento duplicado del 8.77% desde 2006 al
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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