INNOVA Research Journal 2018. Vol. 3, No.11 pp. 29-34
La calidad de un servicio o producto tiende a ser subjetiva ya que es exclusiva de los
parámetros de evaluación o percepción que pueda tener cada persona; sin embargo, siempre se
debe tener controlada la satisfacción del mismo, ya que es el veredicto del servicio recibido ante
la expectativa mantenida versus el desempeño real del servicio/producto de una organización.
Por ello, la satisfacción de los consumidores determinará sus relaciones futuras con la
organización, es decir, si usuario experimenta satisfacción alta, definitivamente incrementará su
fidelidad con la organización, sin importar otras ofertas, recomendará el servicio y será la mejor
publicidad del mismo.
La satisfacción del cliente posterior a la compra de un producto o la prestación de un
servicio, está relacionado directamente a su conclusión sobre la oferta en función de sus
expectativas previas. Lo que significa que, si sus expectativas superan lo percibido, el cliente
queda insatisfecho; por otra parte, si sus conclusiones resultantes están a la altura de sus
expectativas, el cliente queda satisfecho, pero si los resultados superan sus expectativas, el
cliente queda muy satisfecho o encantado y es ahí cuando nuestro servicio empieza a tener una
ventaja competitiva. Lo que nos lleva a que, si la organización desea satisfacer a sus clientes, es
imprescindible que posea la capacidad de alinear sus servicios con lo que esperan o desean sus
clientes de ellos, lo que puede significar la experiencia otorgada. A mayor alineación, habrá una
mejor percepción de satisfacción dentro y fuera de la organización.
Sin embargo, aun cuando es primordial que se dirijan los esfuerzos en la satisfacción de
los clientes, es importante resaltar que las organizaciones deben velar por satisfacer a sus partes
interesadas, quienes se ven afectadas por las decisiones tomadas y a su vez también pueden
afectar a las misma, tales como lo son los accionistas, colaboradores, alianzas, proveedores y
comunidad; ya que de todos ellos y en diferente magnitud radica el éxito de la empresa cuyos
resultados organizacionales son una consecuencia del nivel de servicio y satisfacción de los
clientes, que se obtiene mediante el liderazgo de la calidad total apoyado en los pilares de la
gestión de personal, de recursos y del sistema de calidad bajo una planificación enfocada al
objetivo estratégico de la organización.
Conclusiones
El resultado directo de un buen liderazgo está estrechamente relacionado con el éxito de
la innovación y buen servicio al cliente, mientras que de manera indirecta están asociados a las
ventajas que logre la compañía gradualmente, así como el éxito en cuanto al tema económico se
refiere reflejado en el desempeño general que llegare a demostrar la organización. El hecho que
en la entidad organizacional se incentiven buenas prácticas que sean de vital ayuda con la
comunicación, compromiso, motivación y aprendizaje continuo, permite una mejora de los
procesos y su gestión demostrando de esta manera que el liderazgo sea cual fuera el estilo
impulsa una cultura de calidad relacionada con el servicio al cliente dando soporte a la estructura
general de la compañía.
En general, se puede expresar que las empresas que mantengan un buen liderazgo
mantienen una fuerte ventaja frente aquellas empresas que no lo posean, es por ello, que la
brecha para lograr competitividad y diferenciación en el mercado se reduce al lograr un
mejoramiento continuo en cuanto a calidad y servicio al cliente se refiere, donde indica que la
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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