INNOVA Research Journal 2018, Vol 3, No. 7, pp. 155-167
de iniciarse las actividades para el aprendizaje de este proceso, es necesario, hacer un diagnóstico
o evaluación con el objetivo de obtener información sobre diferentes aspectos del alumno o la
alumna, los cuales pueden ir desde historia escolar, hasta la evolución neurológica, psíquica y
emocional/afectiva.
Durante la implementación del programa se deben de proponer dos tipos de actividades:
a) Ejercicios no gráficos para el entrenamiento de los procesos cognitivos implicados en
el acto gráfico. Serán ejercicios de relajación, de psicomotricidad, de percepción
visual, coordinación viso-motora, orientación espacio-temporal, atención, equilibrio,
esquema corporal, percepción sensorio motriz, lateralidad, nociones de espacio y
tiempo.
b) Los ejercicios gráficos que son aquellos en que se ejercita la escritura propiamente
dicha como pueden ser: la realización de trazos rectos, curvas, líneas quebradas,
onduladas, bucles grandes y pequeños, giros con desplazamiento hacia la derecha y
realización de dibujos. Existen numerosas corrientes con respecto al campo de la
psicomotricidad, las cuales responden a diversas teorías y concepciones, las cuales
pueden privilegiar distintas posibilidades y desarrollarse en distintos ámbitos sociales
pueden utilizarse diferentes fines y métodos para su implementación, cada una de
ellas puede ponerse en práctica con situaciones particulares. Las teorías de la
psicomotricidad surgieron en Europa y se expandieron por la mayoría de países
desarrollados en América Canadá y Estados Unidos de América fueron los primeros
posteriormente fueron asimilados por los países latinoamericanos. Al inicio se
asimilaron bien, aunque perdieron su riqueza teórico conceptual, como sucede
comúnmente solo los aspectos empíricos y técnicos, se difundieron únicamente las
dimensiones más superficiales y generales, las que fueron repitiéndose
mecánicamente, sin adaptación, defendiendo solamente los aspectos dogmáticos.
El desarrollo de la motricidad fina, es el resultado de los logros alcanzados por el niño en
el dominio de los movimientos finos de la mano, de los pies, la coordinación óculo-manual,
óculo pedal, la orientación espacial y la lateralidad, bajo la influencia del adulto, quien de
manera intencionada o no, le va mostrando los modos de conducta motriz socialmente
establecidos, que le permiten al niño desarrollar su independencia, realizar acciones cada vez
más complejas y perfeccionarlas. Se consideran la edad preescolar el momento en el cual la
estimulación constituye un determinante del desarrollo por una serie de factores que lo
proporcionan: el acelerado crecimiento, el desarrollo de los sistemas sensoriales, del sistema
osteomioarticular (la flexibilidad de los músculos y tendones, calcificación de los huesos,
presentándose en la mano, en el pie, en la musculatura de la cara diferentes etapas de
maduración), la facultad de establecer innumerables conexiones nerviosas temporales, así como
el proceso de mielogénesis, que constituyen la base fisiológica que permiten configurar las
condiciones para el aprendizaje de las diferentes acciones.
El desarrollo psicomotor es muy importante para el niño y la niña, porque la progresiva
maduración de la neuro musculatura en la edad preescolar permite realizar con destreza, las
diversas actividades motoras; el aprendizaje desempeña un papel esencial en el mejoramiento de
las mismas, siempre que haya un adecuado desarrollo neuromuscular. El rendimiento motor varía
con la motivación, la emoción y los apoyos físicos que el niño tenga en la casa y en la escuela; el
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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