INNOVA Research Journal 2018. Vol. 3, No.10.1 pp. 68-76
Una denominación de origen según (Millán, 2008) se identifica de la misma manera que
una marca, se establece como una herramienta para diferenciar los bienes en atención a su origen
geográfico tal como la marca expone un origen empresarial. Una denominación de origen
adecuadamente planteada y circunscrita en límites geográficos permitirá identificar las zonas
específicas donde el país genera las mejores variedades de cacao nacional; adicionalmente
establecerá beneficiarios en toda la cadena de valor desde el centenar de pequeños agricultores
que se dedica a esta actividad hasta los comerciantes y consumidores de un producto con una
etiqueta que asegure la identidad de un producto en todo su enlace productiva.
Las denominaciones de origen nacen con el interés de fabricar productos que respondan a
un origen y que se respete su nombre para esa zona en específico. “Se considera que la
denominación de origen más antigua en el mundo se concedió en 1887 al Sindicato de los
Grandes Marqueses de Champagne, cuando Francia reconoció la propiedad exclusiva del nombre
Champagne para los vinos espumosos de esa región” (Errázuriz, 2010). Esa primera bebida
espumosa resulto del enfrentamiento entre cultivadores y vinicultores que se unieron para
proteger la imitación del producto en otras zonas del mundo, este grupo exigía que el estado
Francés declarara el uso del nombre “champan” exclusivamente para el producto que se
originara de esta zona, ya que mencionaban que ninguno poseía características similares en
ninguna parte del mundo.
Dicho grupo de profesionales en vinicultura consideraban que la creación de un producto
único como el champán no era simplemente cuestión de seguir el conocimiento de las técnicas de
fermentación y almacenamiento que se habían desarrollado generación tras generación en la
región. Este proceso de construcción de la distinción del champán descansaba, además, en una
cuidadosa selección de los insumos para producir dicha bebida así como de las condiciones del
suelo, del aire y del clima que se debían observar. Fue por ello que, después de años de selección
y acomodos, los productores de Champagne acordaron que serían sólo tres variedades de uva las
que podían usarse en la elaboración de este vino espumoso específico (Rodríguez, 2004).
Particularmente las denominaciones de origen son planteamientos que se han generado en
diversos productos en varias partes del mundo han tenido éxito con productos de diferente
índole han trascendido fronteras a través del marketing global, por su buen manejo de marca, su
impacto por un buen producto y su respeto al productor y el espacio geográfico tal como las
diferentes perspectivas teóricas lo afirman.
En la Unión Europea se han desarrollado miles de denominaciones de origen, solo en
España existen y cuyo impacto ha sido evidenciado en el ámbito económico, puesto que se
denota la calidad y representatividad de éste, y fortalece la economía de todos los actores,
además se suman otras iniciativas como el comercio justo y varios sellos de calidad que cada vez
van tomando mayor impulso en el posicionamiento en el mercado internacional y el consumidor
local.
En América Latina ya se encuentra países con estos modelos, los cuales han sido bastante
eficaces, tal es el caso de México Figura N.1, que presenta 15 denominaciones de origen en
productos como bebidas alcohólicas, café, artesanías y productos agrícolas.
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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