INNOVA Research Journal 2018, Vol 3, No. 8.1, pp. 287-299
entre los primeros lugares de los países que se realiza el análisis, sin embargo, en cuanto a la
creación de empleo, el establecimiento de los negocios ecuatorianos es muy bajo, tanto así que
en los próximos años no se espera generar plazas de trabajo, lo cual limitaría la atracción de
clientes internacionales, comparándolos con Colombia y Chile que poseen una alta demanda. De
la misma manera, se ha determinado que el Ecuador tiene un alto porcentaje en la Intención de
Emprender comparado con otros países de la región (Lasio, Caicedo, Ordeñana, & Samaniego,
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016).
Uno de los modelos más reconocido que analiza la Intención de Emprender se basa en la
Teoría de Ajzen, también conocida como la Teoría del Comportamiento Planificado en donde las
intenciones se explican por: (a) Las actitudes del sujeto hacia la conducta; que se refiere al grado
en que la persona realiza una evaluación positiva o negativa de un comportamiento. Así, una
actitud favorable estará asociada a que la intención de llevar a cabo una conducta sea mayor. (b)
Las normas subjetivas que se indican como un razonamiento preceptivo que pone de manifiesto
la presión social percibida por la persona que va a realizar la acción dirigida hacia la ejecución o
no de dicha acción; y (c) La percepción del sujeto de control de la conducta, determinada por la
autoeficacia emprendedora que se conceptualiza como la confianza de la persona en sus propias
habilidades para llevar a cabo eficazmente las acciones y tareas específicas implicadas en la
creación y desarrollo de una nueva empresa. Davidsson (1995) sugirió que las Intenciones de
Emprendimiento pueden ser influenciados por: La convicción, que se define por actitudes
generales (cambio, competir, dinero, logro y la autonomía), las actitudes de dominio
(rentabilidad, contribución hacia la sociedad y el conocimiento práctico o habilidad); la
convicción, a su vez, se relaciona con variables personales como la edad, el género, la educación,
la experiencia vicaria y la experiencia del cambio radical. Se reportan diversos estudios que han
utilizado estos modelos de Intención Emprendedora, sin embargo, se necesita más investigación
porque puede existir otros factores relevantes que pueden influir en la Intención de
Emprendimiento, en especial en lugares y regiones que todavía no se encuentran desarrolladas
económicamente. Sin embargo, existen nuevas alternativas de estudio en esta área, la propuesta
de nuevas ideas y perspectivas se basa en las categorías de investigación, o enfoques
conceptuales: (a) La primera categoría abarca trabajos que estudian el modelo de Intención
Emprendedora, ya sea profundizando el conocimiento de algunos matices teóricos, o el análisis
de cuestiones metodológicas; (b) La segunda categoría se analiza el papel de las variables a nivel
personal en la configuración de las Intenciones de Emprendimiento; (c) Un tercer grupo de
trabajos se refiere a la relación que existe entre la educación empresarial y la intención
emprendedora de sus participantes; d) El rol del contexto y las instituciones juegan un papel
relevante en la configuración de las intenciones empresariales lo que constituye la cuarta
categoría; e) Por último, se considera el proceso emprendedor y el enlace con la Intención de
emprendimiento (Fayolle & Liñan, 2014).
La educación empresarial busca construir conocimiento y habilidades, y también
aumentar la probabilidad de éxito del negocio, por lo que los comportamientos empresariales
necesitan ser aprendido, a partir de las primeras etapas de la educación de un niño, a más tardar
durante los años de la escuela secundaria (Souitaris, Zerbinati & Al-Laham, 2007). Las
universidades se están convirtiendo en entidades que cooperan y se relacionan con la industria,
las actividades empresariales en las universidades, incluyendo la evolución de los planes de
estudio y la infraestructura, están aumentando a un ritmo significativo (Katz, 2003). Muchos
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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