INNOVA Research Journal 2018, Vol 3, No. 2.1, pp. 123-128
puede separase del Marketing (Grönroos y Gummesson, 1985 citado por Grönroos, 1994); desde
aquel entonces tiene su fundamento en una serie de estrategias que dirigen sus esfuerzos a
conseguir un posicionamiento competitivo a través de productos intangibles afinando el proceso
de intercambio entre los consumidores y las organizaciones con el objeto de satisfacer las
necesidades y demandas (Bitner, 1991).
Varios conceptos históricos del término servicio resaltan al servicio como una actividad
intangible que se desarrolla por medio de la interacción entre los clientes, empleados, recursos
físicos, productos y el sistema (Teoría de la Servucción), ensamblados gracias a los
procedimientos y comportamientos de la empresa (Rathmell, 1974; Eiglier y Langeard, 1989;
Horovitz, 1991; Berry, 1995; Lambin, 2003; Zeithaml, Bitner, y Dayne, 2009; Díaz y Pons,
2
009; Salazar & Burbano, 2017).
De acuerdo a AMA (2017), el marketing de servicios es una estructura desarrollada para
la comercialización de servicios intangibles con una organización similar a la comercialización
de productos tangibles. Lamentablemente cuando se habla de producto se lo relaciona con el
servicio; esto se debe a que no existe un término que los contenga. Aun así, un producto tangible
se relaciona con la mercancía y el producto intangible con el servicio (Hoffman y Bateson,
2
012). Es decir, cuando se habla de servucción se hace referencia a la generación de un servicio
(intangible) mientras que, su equivalente, la producción, hace referencia a la elaboración de un
producto (tangible) (Kotler y Amstrong, 2012; Hoffman y Bateson, 2012).
Los elementos propuestos por Langeard y Eiglier (1989) para el marketing de servicios,
sobre la base teórica de la servucción, generados por la interacción entre el cliente y los
empleados de una empresa (Briceño y García, 2008) son: el cliente, el soporte físico, el personal
de contacto, el servicio, el sistema de organización interna y los demás clientes (Eiglier y
Langeard, 1989; Briceño y García, 2008).
El marketing mix de servicios
La mezcla de variables de mercadotécnica, conocida como marketing mix, son elementos
que una organización utiliza para alcanzar el nivel deseado de sus ventas según su mercado
objetivo (American Marketing Assosation, 2017). La clasificación más tradicional y común son
las "Cuatro P’s": precio, producto, plaza (lugar o distribución) y promoción, propuestas por
Jerome McCarthy en 1964 sobre la base de Neil Borden en 1964 (Borden, 1964; Constantinides,
2
006; Goi, 2009) como medio para traducir la planificación del marketing en la práctica
(Grönroos, 1994). Este concepto se fundamenta en aquellas empresas que se dedican a la
manufacturación (Solanelles, 2003). Lauterborn (1990) citado por Goi (2009), considera que,
para cubrir la perspectiva de orientación al cliente, por la puesta de valor que se genera, es
necesario considerar transformar esos elementos tradicionales de 4 P’s en 4 C’s, donde el
producto se convierte en la solución del cliente, el precio en el costo al cliente, el lugar en la
conveniencia para el cliente y la promoción en la comunicación que requiere el cliente.
Actualmente la literatura y la práctica en el campo del servicio ha identificado la
necesidad de establecer otros elementos complementarios al marketing mix tradicional (Goi,
2
009) que tengan una estrecha relación con la Teoría de la Servucción. Autores como Bernard H.
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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