INNOVA Research Journal 2018, Vol 3, No. 10, pp. 1-19
enérgica, empática, sociable, asertiva, competente, inteligente y amable, entre otras muchas
características individuales (Siliceo, 2005).
Además, los líderes directivos deben fomentar el buen clima, el trabajo en equipo, el
esfuerzo, la dedicación, la constancia, la superación de los trabajadores. Deben llevar a cabo
tareas de influencia, arenga, motivación y dinamización de todas las personas que componen el
grupo de trabajo y guiarlas hacia la obtención de los objetivos marcados por la organización.
Para ello, los directivos tienen que ser considerados como auténticos referentes, espejos donde
mirarse, para que se produzca la máxima influencia y motivación hacia el trabajo a realizar
(
Pont, Nusche y Hopkins, 2008; Spillane, Camburn y Pareja, 2009; Day et al. 2010; Moral y
Amores, 2014).
Las últimas tendencias de liderazgo entre los directivos de los centros escolares, se
centran el desarrollo del liderazgo “transformacional” y el “distribuido”. El primero de ellos se
refiere al cambio, modificación conductual que consigue el líder en sus seguidores, es decir, los
miembros de la organización que le acompañan en el camino hacia la consecución de las metas.
Por medio de mecanismos motivadores, discursos, diálogos y acciones, el líder directivo
consigue transformar la actitud del trabajador, docente en nuestro caso, obteniendo de él una
persona con mayor predisposición hacia la tarea a realizar, consiguiendo un aumento del
rendimiento y por consiguiente, mejores resultados (Pont, Nusche y Hopkins, 2008; Spillane,
Camburn y Pareja, 2009; Day et al. 2010; Leithwood y Seashore, 2011; Ortega, 2012; Gómez y
Medina, 2014; Furguerle y Vitorá, 2016). El segundo de los modelos de liderazgo que se tiende
en la actualidad es el liderazgo distribuido (Lorenzo, 2005; Spillane, 2006; Spillane, Camburn y
Pareja, 2009; Gayán, 2013), muy recomendable y eficaz en organizaciones escolares de gran
magnitud y complejidad, como pueden ser las cooperativas de enseñanza. Este tipo de liderazgo
se produce cuando en la entidad, las tareas propias del líder se reparten entre distintos los
distintos agentes más influyentes y dinamizadores de masas, lo que supone una expansión más
rápida y eficaz del fenómeno del liderazgo, puesto que hay un mayor número de personas
condicionando y favoreciendo la realización de las tareas cotidianas educativo-empresariales,
que se tienen que llevar a cabo en un centro escolar de naturaleza cooperativa.
Los directivos de los centros educativos tienen que desempeñar una serie de funciones
para que se consiga una óptima gestión (Lorenzo, 2004; Moral y Amores, 2014; Gutiérrez,
Gracia y Quiñonez, 2016). Estas no son nada simples, sino que requieren mucho esfuerzo y
dedicación temporal. Es por ello que la existencia de un liderazgo compartido por diferentes
profesionales, va a influir en la realización tareas como la representación del centro educativo
ante el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, así como demás organismos e instituciones;
la implantación de los objetivos a alcanzar; la determinación de un camino a seguir; la
organización y coordinación de los recursos humanos; la motivación, asesoramiento de los
docentes; la gestión de los recursos y bienes materiales; la dirección, supervisión y evaluación de
las tareas de los distintos profesionales; el fomento de la innovación y creatividad entre todos los
miembros; el impulso y la organización de la formación complementaria del profesorado; la
atención y orientación del alumnado; la solución de los problemas ocasionados; el desarrollo de
un buen ambiente de trabajo; el fomento del trabajo en equipo; la satisfacción de las necesidades
de los distintos componentes de la comunidad educativa; la gestión pedagógica del centro
educativo; la realización de tareas burocráticas y administrativas; el conocimiento de las
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
4