INNOVA Research Journal 2018, Vol 3, No. 8, pp. 110-126
Introducción
En 1978 la UNESCO declaró a Quito como patrimonio de la humanidad resaltando la
conservación de la riqueza arquitectónica y artística de la ciudad. La Ley de turismo articulo 3
literal b, define como principios de la actividad turística la participación de los gobiernos
provincial y cantonal para impulsar y apoyar el desarrollo turístico, dentro del marco de la
descentralización.
La presente investigación analiza el actual comportamiento gastronómico en el Centro
Histórico de Quito, considerado como una de las dos Zonas Especiales Turísticas que deben
regirse a las normativas y reglamentos técnicos que requieren entidades de supervisión, entre
ellas: ARCSA que exige el cumplimiento de los requisitos para su funcionamiento, establecidos
en la normativa vigente. Y las reglas técnicas para la Zona Especial Turística Centro Histórico.
La ciudad de Quito tiene una afluencia turística aproximada de 680.000 visitantes
(Municipio de Quito, 2014), un gran porcentaje de ellos frecuentan este lugar y acceden a los
negocios que poseen infraestructuras patrimoniales que, lamentablemente, no cumplen con las
diversas reglas que exige esta resolución, y mucho menos ciertas demandas culinarias que exige
el mercado; por el contrario, existe una baja calidad en el servicio con una oferta culinaria muy
limitada, falta de accesibilidad a servicios higiénicos, falta de calidad en el servicio de alimentos,
administración empírica en la mayoría de pequeñas y medianas empresas. Como consecuencia
de estos aspectos, la imagen del turismo gastronómico del sector aparece débil.
Para dar solución a esta problemática, se toma como base tres posturas importantes que se
deben considerar en la gestión administrativa: la administración por objetivos promovida por
Ducker (1954), la gestión estratégica propuesta por Ansoff y Brandenburg (1967), y la gestión
por competencias postulada por David McClelland (1961). El primer aporte plantea la gestión
de los procesos de administración por objetivos, los cuales deben ser planificados, controlados,
apoyados permanentemente por la sinergia de esfuerzos enunciados y definidos por los
resultados que se espera; la segunda, planteada por las decisiones organizacionales, enfocadas en
las estrategias, las políticas, programas y procedimientos operativos; y finalmente, el tercer
aspecto, el cual parte del análisis que se genera por la motivación humana, que según Charles
1
Amstrong (1985), un modelo de gestión que se basa en competencias tiene que elevar la
conductividad de la organización para mejorar su capacidad de enlazarse con el mundo exterior y
los clientes, a través del lugar, el tiempo y el ambiente apropiado, que promueva un trabajo
reflexivo y la efectividad de las interacciones.
En el estudio del turismo está inmerso un amplio glosario por la falta de propuestas
universales de conceptualizaciones propias de la disciplina, por lo tanto en el alcance de los
problemas que se presentan se postulan diferentes propuestas terminológicas según el
especialista que la aborde (Boullón, 2006).
Para el estudio se consideró el enfoque especializado en la industria turística. Según
González (2002), esta posición establece que las premisas que conforman un producto o servicio
1
Competencias: hace referencia a las características de personalidad, devenidas en comportamientos, que generan
un desempeño exitoso en puestos de trabajo (Alles, 2007)
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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