INNOVA Research Journal 2018, Vol 3, No. 4, pp. 70-82
Introducción
La función de producción es un elemento importante en los procesos productivos de
bienes y servicios (Kumbhakar et al., 1991; Bellod (2011), Jehle y Reny, 2011; Wang y Fu,
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013; Ilca y Popa, 2014; González et al., 2004; Cheng y Han, 2014), el origen fue dado “por
Wicksteed (1894) en el campo de la microeconomía supuso una revolución en la Teoría de la
Producción y la Distribución. Trabajos posteriores permitieron popularizar formas específicas
como la Función Cobb – Douglas [Cobb y Douglas (1928), Douglas (1948)], la Función de
Leontief [Cassel (1918), Leontief (1941)], la Función de Elasticidad de Sustitución Constante
(CES) [Arrow et al (1961)]” citado en (Bellod, 2011, p.10). En esa línea, López (2015), señalan
que la función de producción permite realizar análisis de variables complejas de la economía; y
por otra parte, Parra (2012), indica que la importancia radica en el conocimiento y la tecnología
de la producción y de los rendimientos a escala pueden considerarse mediante enfoques
diferentes entre los que señala dos como: el enfoque de los costos y el producción; en cambio
Sancho (2003) y Jesús y McCombie (2005, afirman que una función de producción debe
proporcionar información de procesos productivos y sus consecuencias. Sin embargo, existen
todavía lagunas importantes en el conocimiento de estos procesos (Díaz y Giral, 2011; Muinelo-
Gallo, 2012). Autores como Díaz y Giral (2011), Cubel y Palafox, (2002) y Castellanos et al.,
(2006), parten de la búsqueda de organizar los diferentes factores relacionados con la producción
a partir del modelo de Cobb Douglas, que influyen en el crecimiento de los países.
Existen varios trabajos realizados en la aplicación del modelo de producción de Cobb
Douglas, en el sector de infraestructura (Boscá et al., 2002; Nombela, 2005; Zurita et al., 2016; ),
cultura (Parra, 2012), sector financiero (Ramírez, 2015; Felipe y Adamas, 2005), agropecuaria
(
(
López y Palomares, 1999; Martinez y Castillo, 1987; Cortazar y Montaño, 2011) informática
Parag, 2008; Díaz et al., 2013), económico (Cubel y Palafox, 2002; Bellod, 2011; Castellanos et
al., 2006; Arango, 1993; Gonzalez et al., 2004; Montoya y Soto, 2011; Cheng y Han, 2014; Dixit
y Stiglitz, 2004) y otros. Los debates más importantes se concentran en la teoría económica, los
fundamentos teóricos del concepto de función de producción agregada y las implicaciones de
esta, en particular como base de una teoría de distribución del producto agregado. Castellanos et
al., (2006) y Rajimon (2010) indican que es importante su abordaje porque permiten modelar
funciones de producción para buscar relaciones entre las causas y sus efectos en los procesos
productivos y económicos.
En el periodo 1980-1985 la economía boliviana sufrió una recesión, el Producto Interno
Bruto (PIB) fue el más bajo de América Latina; entre las demandas y necesidades urgentes fue
reactivar la producción y el empleo. Así, a fines de 1984 y principios de 1985, la situación
económica boliviana fue considerada como una de las más frágiles de América Latina. Por lo
que, la orientación de las políticas públicas fueron orientadas a atender las necesidades de
incentivo y crecimiento económico. Fue de esta forma, en el periodo 1985-2005 se aplica el
Programa macroeconómico de ajuste estructural, cuyos lineamientos y recomendaciones fueron
planteados por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial (Durán, 2015; Rivera,
2
016). Así, con el programa de ajuste estructural se redujeron las tasas de inflación y un
incremento leve en el PIB; a su vez, la promoción de la Inversión Extranjera Directa IED, como
política de Estado. De acuerdo con Humerez – Dorado (2004:11), en la década de los ochenta, la
actividad económica apenas creció a una tasa promedio de 0.16%, esto debido principalmente a
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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