INNOVA Research Journal 2017. Vol. 2, No.10 pp. 84-91
Introducción
Desde la década de los ochenta del siglo pasado, se ha venido produciendo una
desconcentración de poder en el sistema global. La sociedad internacional se ha visto afectada
por un desplazamiento continuo del centro del poder geopolítico desde el Noroccidente hacia la
región de Asia-Pacífico; un cambio que, si en un primer momento fue económico,
progresivamente se ha ido convirtiendo también en político y cultural. De esta manera, mientras
los mercados emergentes asiáticos han ido ascendiendo en la cadena de valor de los procesos de
producción industrial, el impacto de los países industrializados noroccidentales en relación a su
proporción relativa del PIB mundial ha ido disminuyendo. Para El Aynaoui & Woertz 2016:7-8,
esta nueva industrialización, no solo ha impactado en los indicadores económicos que expresan
las fluctuaciones en el comercio global, sino que ha afectado el desarrollo propio de las
sociedades occidentales. Es así que Asia ha sido capaz de desarrollar “Soft Power” y cierta
hegemonía cultural propia, ya sea en el ámbito de la cultura pop, la filosofía, el mundo
académico o la arquitectura; así lo demuestra el éxito del conocido “Gangnam Style”, las
improvisadas salas de yoga en los gimnasios tradicionales, la ola de inauguraciones de
restaurantes de cocina asiática, los diseños urbanos futuristas y la creación de un ranking
propio de las universidades del mundo (ARWU, por sus siglas en inglés) elaborado por la
Universidad Jiao Tong de Shanghái, en donde existen más de 100 universidades del sudeste
asiático dentro del top500 a nivel mundial (ShanghaiRanking Consultansy 2016).
La idea de que Asia y los estudios sobre este continente deben tener una gran
preeminencia para la academia latinoamericana y noroccidental se ha convertido en un cliché.
Los estudios que han confirmado la preponderancia de estados asiáticos como China, Japón,
Corea del Sur, India entre otros para la comprensión de las relaciones comerciales, sociales,
políticas, económicas y académicas actuales, tanto a un nivel global como regional, son vastos.
De igual manera, la evidencia empírica confirma el papel preponderante que representa el
Sudeste asiático en la configuración de la sociedad internacional contemporánea, por lo que en la
actualidad se hace inconcebible en el estudio académico de Relaciones Internacionales dejar de
lado al continente asiático (Kohno 2014) (Bisley 2011).
En la última década, la academia latinoamericana exhibió una fascinación por el
crecimiento de China y su creciente influencia en esta región. Un número considerable de
autores latinoamericanos se dedicó a entender la dinámica de estas nacientes relaciones entre
ambos continentes, entre ellos Manríquez (2014), Álvarez (2014), Panizza (2008), entre otros.
Esto motivo a que exista una gran producción regional sobre el tema, lo cual llevó a que varias
editoriales regionales dediquen espacios exclusivos para artículos relacionados con China o con
el Sudeste Asiático. Un ejemplo de esto es el caso de la Revista Andina de Estudios Políticos que
en 2016 publicó un Dossier titulado ´´China y América Latina: industrias extractivas, política
exterior e integración´´. Por su parte, la Revista Estudios de la Universidad de Costa Rica
publicó en el mismo año un Dossier exclusivamente para tratar ´´El Estudio sobre China desde
(
Latino) América´´.
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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