INNOVA Research Journal 2018, Vol 3, No. 2, pp. 60-70
Introducción
La gestión del deporte como actividad económica con fines sociales, ha sido influenciada
por los conocimientos científicos y tecnológicos que suceden en un campo particular del saber,
como lo es el de las Ciencias Administrativas y Gerenciales, desde donde se generan prácticas,
métodos, herramientas y procedimientos, que en mayor o menor medida impactan la actual
forma como se organizan y articulan las organizaciones dedicadas a la promoción, organización
y administración del deporte, trayendo consecuencias en el cómo pensamos y actuamos, frente a
los desafíos que trae consigo su conducción para el logro de sus objetivos. Desde luego, para que
el deporte pueda direccionarse de manera exitosa “requiere de sólidas estructuras,
adecuadamente gerenciadas para articular un conjunto de aspectos, donde están presentes los
recursos requeridos para su práctica como escenarios deportivos, implementos, personal
capacitado, apoyo financiero, entre otros” (Aguilar, 2014, p. 51).
Aun así, las organizaciones del deporte tienen culturas diferentes que se configuran en
estructuras y sistemas; culturas que tienen su influencia con el pasado en cuanto a normas,
rutinas, hábitos, entre otros, y también con el presente, producto de las nuevas tecnologías
vinculadas al trabajo, a los objetivos organizacionales y al perfil de las personas que operan en
ellas (Gómez, 2017).
A este respecto, Radcliffe-Brown (1975) citado por Abarbanel (2002), señala que la
cultura es la adquisición de características mentales y hábitos que capacitan a los individuos para
participar en un sistema social que les permite mantener el orden y generar mecanismos de
adaptación para conservar el equilibrio entre la comunidad y su ambiente.
Por su parte, Boas (2008), sostiene que la cultura son rasgos conductuales que se aplican
de forma coherente e históricamente particulares, y que esa cultura solamente puede ser
entendida desde adentro, vale decir en sus propios términos, en donde la socialización y el uso de
un lenguaje distintivo tienen cardinal importancia.
Es evidente entonces, que contar con una sólida cultura en las organizaciones que
promocionan y desarrollan el deporte es vital si realmente se aspira ser eficaz, eficiente y
transparente en la gestión, en el caso que nos ocupa, la cultura gerencial con respecto a la
conducción efectiva de las organizaciones del deporte, siendo conveniente precisar el término
gerencia. Kotter (2007) sostiene que la gerencia está orientada a manejar la complejidad de los
procesos administrativos, garantizando sistemáticamente la congruencia entre los planes y sus
resultados, y la rigidez de sus estructuras organizativas. Esta definición se complementa con
aquella referida específicamente a la gerencia del deporte, que se expresa como:
…
el proceso de planificar y llevar a la práctica la amplitud de acciones, variedad de
competencias y ejercicios de la totalidad de los estamentos y de los miembros de la organización
deportiva, de forma coordinada y racional, buscando (…) la eficacia colectiva, la cualidad de los
resultados y la rentabilidad de los recursos invertidos (Mestre, 2006, p. 9)
En consecuencia, es imperativo que un gerente combine las características propias del rol
relacionadas con la autoridad y el poder formal que se le otorga para planificar, estructurar y
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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