INNOVA Research Journal 2018, Vol 3, No. 3, pp. 35-52
Introducción
Al transcurrir del tiempo el hombre ha creado diferentes formas de comunicación, la
lectura forma parte de esta, ha sido un instrumento trascendental para la escolarización
universitaria, socialización, el desarrollo intelectual y profesionalización del ser humano. No
obstante, aprenderla requiere directamente la capacidad de comprensión lectora, es decir;
convertir las palabras en significados, esta construcción de significados debe partir de la
interacción entre el texto, el contexto y el lector, estos elementos juntos determinan la
comprensión del mismo, según (Pérez, 1999, pp. 21):
Hoy sabemos que toda la lectura y la escritura es un diálogo entre el texto,
contexto y el lector, que el significado no se descubre sino se construye y que, por
eso, es posible leer de lo que uno ya sabe.
Por otra parte, (Gispert, 2000, pp. 92), plantea que; “en la actualidad, el proceso
perceptivo se identifica con la actividad que permite al lector reconocer el texto escrito como
representación del lenguaje hablado”. Es decir, como el proceso permite encontrar el significado
de las palabras. Estos dos autores están de acuerdo que la lectura es más que la decodificación
del texto, el lector debe construir el significado desde la experiencia previa de su conocimiento
entrelazándolo con la nueva información, para acceder a un conocimiento amplio y actualizado,
igualmente para (Dorronzoro, 2004, pp. 8):
En nuestro caso, en el contexto universitario la principal finalidad asignada a la
lectura y la escritura es la construcción, apropiación del conocimiento dentro de
un determinado campo de saber. (..) Esta meta de la lectura es designada por la
institución, entre otras cosas, por medio de las producciones verbales efectivas
propias del contexto, es decir, los textos orales y escritos, relativos a los
diferentes campos del saber, que circulan en el medio académico y que organizan
de una manera particular los conocimientos de los miembros de una misma
formación social. En este sentido, creemos que <a través de la enseñanza> se
comunican, se solicitan y se permiten determinados usos de la lengua escrita,
asignando de esta forma determinados propósitos a la lectura.
A nivel universitario, la comunidad académica y los investigadores conllevan un contexto
diferente al inculcado previamente en la etapa del bachillerato, donde al estudiante se le recuerda
de forma frecuente y constante su aplicabilidad, en la educación superior cuyas características
específicas inciden en sus formas de actuación discursiva, los estudiantes conforman sus
conocimientos, creencias y acciones - muchas veces en un status implícito en el que pocas
ocasiones requieren a la búsqueda de información por la lectura. Los compendios del entorno
institucional deben considerarse como atributos consecuentes que determinan las disertaciones y
las prácticas discursivas de quienes participan en la interacción lectora.
De igual manera, entre alguna de las causas que genera esta situación obedece a una
práctica rutinaria, poco incentivo hacia el proceso lector, ausencia de círculos de lectura, poca
utilización de estrategias didácticas que ayuden a formar lectores eficaces y competentes. Por
otra parte, el desarrollo de la lectura no está basada dentro de procesos significativos que
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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