INNOVA Research Journal 2017. Vol. 2, No.8.1 pp. 236-248
Barrera (2001), citado por León (2015) destaca las siguientes características positivas de
este sector productivo: son factores claves para generar riqueza y empleo; es el factor clave para
dinamizar la economía de regiones y provincias deprimidas, por ende dinamizará la economía
ambiental en el país; mantiene alta capacidad para proveer bienes y servicios a la gran industria
(subcontratación), por lo que se pueden formar cadenas de producción cerradas con las grandes
empresas; es flexible para asociarse y enfrentar exigencias ambientales del mercado; movilidad
operativa; gestión de localización e implementación rápida de procesos.
El mismo autor destaca las siguientes características negativas: poseen escaso nivel
tecnológico; tienen baja calidad de la producción; ausencia de normas y altos costos; falta de
crédito y difícil acceso; mano de obra sin calificación; ausencia total de políticas y estrategias
para el desarrollo ambiental del sector; son insuficientes los mecanismos de apoyo para el
financiamiento, capacitación, y uso de tecnología limpia, y es el sector que mayormente utiliza
insumos y materias primas.
En este orden de ideas, Quiñónez-Cabeza & Parada-Gutiérrez (2013) expresan que en
particular en la República del Ecuador las pymes representan el 95% de las unidades
productivas, generan el 60% del empleo, participan del 50% de la producción, tienen un amplio
potencial redistributivo, refieren capacidad de generación de empleo, amplia capacidad de
adaptación, flexibilidad frente a los cambios y estructuras empresariales horizontales. No
obstante, predomina también una limitada tecnología y maquinaria para la fabricación de
productos, poca capacitación del personal, escaso financiamiento, inadecuado equipamiento,
limitada capacidad de exportación a causa del desconocimiento de procedimientos propios a las
normativas de calidad exigidas en otros países, débil cadena logística con costos elevados, entre
otros que restringen su competitividad. Asimismo, Borja (2015) indica que a pesar de tener un
peso muy significativo sobre la sociedad económica nacional, las pymes enfrentan desafíos
marcados, entre los principales se destacan el acceso a créditos productivos y la falta de
organización para llegar a mercados extranjeros.
Destacan Carrión, Zula & Castillo (2016), que una característica distintiva de muchas
pymes es que tienen un origen familiar y una esencia de supervivencia. En Ecuador, solo el 5%
perdura después del tercer año de operación, generalmente por debilidades en la preparación del
personal, inadecuada infraestructura e incapacidad de agregar valor a sus productos. Varios
factores determinan que las pymes en un momento de crisis no logren sobrevivir, o no se
estabilicen y perduren como organización: la falta de capacitación, los escasos conocimientos
contables, administrativos y financieros, la deficiente planeación estratégica y el no dar
importancia a la gestión del conocimiento, que podría contribuir a evitar errores en la toma de
decisiones (Alfaro & González, 2011; citado por Carrión, Zula & Castillo, 2016).
La tendencia de trabajar en familia lleva a que se brinde poca importancia a la
capacitación, a que no queden claras las funciones y obligaciones de los miembros de la
organización, y a que se haga poco uso de los conocimientos administrativos y financieros y las
herramientas tecnológicas para posicionarse en el sector económico al que decidan incorporarse
(
(
Madrigal et al., 2015; citado por citado por Carrión, Zula & Castillo, 2016). Igualmente Molina
2014) destaca entre las debilidades internas de la pymes: la limitada gestión empresarial, el
control de calidad y seguridad industrial deficiente, insuficiente conocimiento del mercado y del
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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