INNOVA Research Journal 2017, Vol 2, No. 6, pp.148-153
Introducción
Comportamiento del Ciudadano Organizativo
El comportamiento del ciudadano organizativo, u organizacional se ha definido desde la
década de los 60, donde diferentes autores lo han descrito como la disposición de los individuos
para contribuir con la organización, uniendo esfuerzos y haciendo que prevalezca la actitud de
equipo (Harper, 2015; Organ, 1990), así también identifican factores que caracterizan este
comportamiento como (a) la necesidad de inducir y mantener a los miembros de la organización
en el sistema, (b) tener roles definidos y propios con dependencia y (c) permirtir a las personas
ser espontáneas e inyectar innovación al rol que ejercen (Katrinli, Atabay, & Gunay, 2006). Se
define entonces como la conducta discrecional y adicional que no hace parte de los requisitos
esperados o formales de un puesto, pero que promueven el funcionamiento eficaz de la
organización (D'INTINO, SHEPARD, & WOLFLE, 2002). El Comportamiento del Ciudadano
Organizacional (CCO) implica diversos comportamientos “espontáneos/no obligatorios” que no
suelen aparecer en las descripciones de los puestos de trabajo, pero que son valorados por los
líderes dados su impacto positivo en la organización. El CCO no es un comportamiento único
sino debe ser entendido como un concepto multidimensional, que incluso guarda cercanía teórica
con otros constructos, generalmente es relacionado con la satisfacción laboral, el compromiso
laboral y el estilo de liderazgo ejercido por los jefes (Chiaburu & Baker, 2006; Dimitriades,
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007; Foote & Li-Ping Tang, 2008; Moideenkutty, Blau, Kumar, & Nalakath, 2005; Piercy,
Lane, & Cravens, 2002; Saks, 2006; Xenikou & Simosi, 2006). EL CCO se correlaciona
positivamente con el liderazgo transformacional (Dexter & Prince, 2007) y un clima
organizacional que alienta la innovación . El CCO es una variable dependiente al igual que la
productividad, satisfacción laboral, rotación y ausentismo (Becton, Giles, & Schraeder, 2008;
MacKenzie, Podsakoff, & Fetter, 1991; Zoghbi Manrique de Lara & Espino Rodríguez, 2007).
Se define al CCO como un constructo multidimensional a la hora de ser medido, sus
dimensiones son: cortesía, tolerancia, respeto, iniciativa, lealtad, altruismo y ayuda. Para algunos
autores debe ser medido únicamente con dos factores, altruismo (capacidad de ayuda directa e
intencional cara a cara) y la conformidad generalizada, que se define como la capacidad de los
individuos para aceptar e internalizar las reglas y procedimiento de la empresa (Dyne, Ang, &
Botero, 2003). Para Organ (1990) el constructor posee 5 factores: altruismo, cortesía,
consciencia, virtud cívica y la capacidad para tolerar inconvenientes, este autor incluye un sexto
factor: hacer la paz. Otros autores determinan que la multidimensión del constructo se encuentra
definida por dos factores, el CCO individual que contiene el altruismo y la cortesía de los
miembros de la organización hacia otros miembros y el CCO organizacional que contendría la
conciencia, la virtud cívica y la capacidad para tolerar inconvenientes que estarían dados por la
cultura organizacional (Bolon, 1997; Ma, Qu, Wilson, & Eastman, 2013; Somech & Drach‐
Zahavy, 2004; Werner, 2000). Este constructo también se define para otros con siete factores:
ayudar, tolerar inconvenientes, la lealtad organizacional, la conformidad organizacional, la
iniciativa individual, la virtud cívica y el autodesarrollo (Coyle‐Shapiro & Kessler, 2000;
Kamdar, McAllister, & Turban, 2006; Ong, 2012). Existen muchas coincidencias en las
diferentes definiciones del constructo, que lo que esperan es describir las diferentes
características del comportamiento de los miembros de una organización y su predisposición a
ayudar a los demás para obtener los propósitos generales de la misma.
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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