INNOVA Research Journal 2017, Vol 2, No. 11, pp. 186-200
expectativas que la sociedad tiene de las organizaciones en cuatro dimensiones: económicas,
legales, éticas y filantrópicas. La dimensión económica, se refiere a las expectativas de
rentabilidad de las empresas, mientras la dimensión legal se refiere a la expectativa que tiene la
sociedad de que esta rentabilidad se obtenga sujetándose a un marco jurídico. Sin embargo, la
sociedad también espera que las actividades empresariales cumplan ciertas normas éticas
(dimensión ética) y finalmente, que las empresas voluntariamente lleven a cabo actividades que
satisfagan las normas sociales (dimensión filantrópica). Dentro de este contexto, las
organizaciones intentan que su accionar real se alinee a las expectativas de sus stakeholders
(Cervera, 2007) tratando de influir en su percepción acerca de la realización de actividades de
RSE.
La RSE ha sido considerada como una fuente importante de ventaja competitiva por
diversos autores en la literatura existente (Bravo et als, 2006; McWilliams et als, 2006; Garriga et
als, 2004). Precisamente, por ello el alto interés de los investigadores contemporáneos en cuanto a
RSE se debe a su rol en la competencia de mercados (Park et al,2014). La RSE por lo tanto, debería
ser implementada y difundida particularmente entornos con mercados fragmentados. Este tipo de
mercados contiene productos con ciclos de vida cada vez más cortos y con patrones de consumo
cambiantes (Juttner et als, 1994). Las organizaciones no pueden limitarse a simplemente realizar
acciones de RSE, sino, que estas deben alinearse a la planificación estratégica de la empresa e
inclusive a la gestión de marketing, como actividades generadoras de valor compartido (Porter y
Kramer, 2011).
Por otro lado, la RSE es considerada por muchos como una contribución clave del sector
empresarial para el desarrollo sostenible (Kolk & Van Tulder, 2010). Desde 1950, el aumento
vertiginoso del impacto del hombre en la naturaleza, las tendencias socio económicas y el aumento
de la población (Steffen et al., 2015) han aumentado la preocupación acerca del desarrollo
sostenible y por ende también de la RSE.
Imagen de marca y percepción del cliente
En general, una imagen es un modelo de la realidad que difiere de la realidad misma, ya
que, la percepción del sujeto que observa influye en su esquema de realidad (Meyvis et al.,2012).
Por lo tanto, la imagen de un objeto no solo depende de su realidad, sino de la percepción de quien
la contempla. Por ende, en el entorno empresarial, la imagen de marca debe ser considerada no
como aquella imagen que la empresa proyecta, sino como la realidad que el consumidor percibe,
aun cuando la realidad y la percepción de la realidad difieran. La imagen de marca es, por lo tanto,
el conjunto de percepciones que se expresan como asociaciones en la memoria del consumidor
(Keller, 1993). Estas asociaciones pueden ser aplicadas a un producto individual o a una diversidad
de ellos (Martinez et al, 2005) Cabe destacar que, en entornos dinámicos que caracterizan al
ambiente empresarial vigente, la percepción de los consumidores se ve influenciada por los
cambios en los entornos sociales, las estrategias de la empresa y el accionar de los competidores
(García, 2002), por lo que, el manejo de la imagen de marca constituye un proceso complejo y
dinámico en el cual esta evoluciona constantemente en el tiempo. La imagen de marca, refleja la
interacción entre el contexto, los consumidores, los productos y la experiencia previa
(Rindell,2013).
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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