INNOVA Research Journal 2017, Vol 2, No. 8, pp. 10-29
Introducción
Para estudiar el fenómeno de la política tributaria, primero convendría responder a la
pregunta ¿qué es tributar?, Balseca (2012), afirma que tributar es contribuir al Estado, como un
compromiso y una obligación ciudadana, con el pago de impuestos en dinero, especies o
servicios que servirán para financiar las demandas y necesidades de la población; es decir, es el
uso de diversos instrumentos fiscales, entre ellos los impuestos, para alcanzar los objetivos
económicos y sociales que una comunidad políticamente organizada desea promover (Segovia,
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013), que luego se constituye en una política tributaria. Al respecto Soto (2014), Ferre (2014),
Giménez-Reyna y Domingo (1998), Paramio (2000), Sevilla (2003), Baker y Danzinger, (2009),
mencionan a la política tributaria como la expresión utilizada en macroeconomía, a nivel de los
agregados económicos y monetarios, un conjunto de directrices, orientaciones, criterios y
lineamientos para determinar la carga impositiva directa e indirecta a efecto de financiar la
actividad del estado. Así, la política tributaria está destinada a producir ingresos para el
presupuesto general del Estado y promueve la redistribución y estimula el empleo (Costa, 1997;
Conde, 2001; Rivas, 2013; Soto, 2014; Fairfield, 2015), la producción de bienes y servicios
(Pinilla, 2015), así también, coadyuva en el cumplimiento de las políticas del Estado.
Por otra parte, la política tributaria en la economía juega un papel importante en términos
de crecimiento y desarrollo económico (Munyo y Viana, 2003; Sevilla, 2003; Aldunate, 2006;
De Castro, 2008; Ruiz et al., 2008; Galindo, 2009; Ferre, 2014; Fairfield, 2015; Borda y
Caballero, 2016), es una de las políticas a largo plazo que tiene su relevancia en la sostenibilidad
económica (Rodríguez y Medina, 2016), en esa línea Gilman (2005), se refiere que una ordenada
y transparente política tributaria contribuye de forma positiva a la economía de los países. Al
respecto, Santilli (2010) afirma que el papel que juega la tributación en el desarrollo del Estado
es a partir de la generación de riqueza interna que permite una programación a mediano plazo en
base a los impuestos; de manera similar, Fergusson (2003), establece los efectos
macroeconómicos de los impuestos, expresados en las políticas públicas y que tienen su relación
con el crecimiento económico (Munyo y Viana, 2003; Barreix et al., 2005; Delgado y Fernández,
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006; Rodríguez-Anabitarte, 2010).
En ese orden, Fernández y Masbernat (2011), buscan identificar la relación de los
aspectos constitucionales con el principio de la capacidad económica como criterio jurídico de
distribución de las cargas tributarias, se puede apreciar una convergencia en la comprensión de
este principio de la tributación denominada capacidad económica, también se menciona que no
debe existir impuestos injustos, que afecten solo a ciertos sectores, sino en una igualdad de
condiciones. Al respecto, Villanueva et al., (2014) y Rivas (2013), analizan sobre las
exoneraciones y exenciones fiscales, y afirman que a pesar de conceder exenciones y
exoneraciones, estas no han incidido de forma negativa en la economía, más bien los ingresos
tributarios han experimentado un crecimiento económico positivo. Este efecto se produce porque
los diversos sectores económicos y estratégicos forman parte de las exenciones fiscales. A
diferencia de la exoneración y exenciones, una imposición directa excesiva incentiva el fraude
fiscal y perjudica notablemente a la equidad, ya que el impuesto más injusto es aquel que no se
paga (Doménech y García, 2001; Morocho, 2013). En consecuencia, el sistema tributario afecta
directamente al crecimiento económico cuya política y normas están legisladas.
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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