Las fake news sobre la COVID-19 en Latinoamérica 2020-2022. Una revisión sistemática.
porque son los responsables al momento de informar a una sociedad sobre los eventos de interés
común o de importancia. Aunque, dicho filtro y validación de la información no se podrá observar
en todos los medios puesto que en el mundo digital los filtros son muy limitados teniendo en cuenta
que la persona de a pie puede difundir lo que considera conveniente.
Los medios de comunicación, en la configuración y estructuración de la percepción de la
realidad de los públicos, son un componente esencial (Ángulo & Bolo, 2021). Por ende, existe
responsabilidad en los medios de información en el desarrollo del sentido crítico de una población
(Suing et al. 2021). Es decir, pueden influenciar en la sociedad de tal manera que existe confianza
hacia ellas en la medida que pueda comprobarse.
Teniendo en cuenta el contexto de la pandemia, los medios tradicionales son los principales
pedagogos en la educación sanitaria de aquellos públicos con poco o nulo acceso a internet (Costa
&
López, 2020). En este caso, existe mayor cargo de consciencia en estos medios si se desinforma
a sus oyentes o televidentes según sea el caso.
En dicha situación, la constante necesidad de mantenerse informados hizo indispensable el
uso de recursos tecnológicos y la digitalización. En esa línea, los medios de comunicación digitales
son cada vez más, pues están los cuales son totalmente virtuales y no realizan ninguna publicación
en los tradicionales. Así como, medios que ya se encontraban en el mercado se han adaptado a la
creciente revolución digital. Sin embargo, los medios digitales tienen un inconveniente en el
proceso de validación de información, la inmediatez. La redacción digital y por ende la producción
de los medios cuenta con ciertas limitaciones relacionadas a las fuertes exigencias por economizar
el tiempo donde los propios periodistas pueden ser polifuncionales (Retegui, 2017). Sin embargo,
los medios de información formales fueron claves durante la pandemia porque facilitaban la
difusión de mensajes masivos con medidas respecto a la pandemia de manera más eficiente que,
acompañado de la digitalización se alcanzaba a mayor audiencia más fácilmente (Campillay et al.
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021).
Las fake news resultan un problema importante dentro de cualquier país dado que impide
que las personas conozcan su realidad y en su defecto, no permite que la sociedad se desarrolle en
diferentes aspectos. En estos tiempos, el valor de la información es cuestionado pues, en una
sociedad digital donde hay saturación de información y donde cualquier persona de a pie tiene voz
dentro de las redes sociales, la desinformación crece con mayor rapidez (McNair, citado en Cerón
et al. 2021). Sumado a ello, la desinformación que se genera tiene mayor implicancia cuando el
acceso a la información y la escasez de competencias digitales juegan un rol tan importante al
procesar de manera crítica toda información que llega a las personas (Alonzo & Ramírez, 2022).
La idea de que la digitalización expone a la sociedad a estar más propenso a encontrar
noticias falsas se hace, cada vez, más notorio. La actividad comunicativa ha incrementado
exponencialmente debido a las nuevas características de los entornos digitales y, por ende, la
posibilidad de difundir noticias falsas (Arrojo, 2020). En una línea similar, la consolidación de las
redes sociales ha generado el incremento de noticias falsas y más aún, la verificación de lo que se
difunde por medio de estas (López et al. 2018). Asimismo, Jones et al. (2020) aseguraban que el
alcance de mensajes o noticias falsas se ha amplificado debido a la alta producción y circulación
de diversas informaciones en las redes sociales e internet. El mundo digital está en una saturación
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