INNOVA Research Journal 2017. Vol. 2, No.7 pp. 121-132
Otra visión del concepto de políticas de ciencia y tecnología, es la presentada por Salazar
(2010: 57), al referirse a éstas de manera separada, definiendo a la Política Científica, como
aquella que está … “destinada a estimular la generación, transmisión y difusión del conocimiento
científico dentro y fuera del mundo de la academia”… Mientras que la… “Política Tecnológica,
se formula para la generación y adquisición de tecnologías y destrezas con fines de estimular la
industria, sean incentivos para la exportación (draw back), reinversión en actividades de I &D
(exoneración de impuestos para el desarrollo de actividades privadas de I &D)”.
En la primera, la política se enmarca como la referencia del origen del conocimiento
hasta su multiplicación por medios concebidos en el espectro de la academia, como lo son, la
docencia, la investigación y la extensión, mientras que, en el segundo plano, se habla del
desarrollo de las herramientas que serán utilizadas por un tercero, en este caso, la industria para
lograr multiplicar este conocimiento en factores de producción.
Todas las posiciones señaladas, recalcan el valor de los conceptos de ciencia y tecnología
y de las políticas referentes a éstas, como elementos preponderantes en las decisiones que
encuadran la direccionalidad y utilidad del conocimiento en las sociedades, y a su vez, como el
esqueleto que le da estructura a un concepto intangible cada vez más influyente en la actuación
de los gobiernos, así como también, en las relaciones comerciales e internacionales.
Hacia finales del siglo XX e inicios del siglo XXI se comienza a hablar de una nueva
forma de generar el conocimiento científico, con una amplia participación de actores, se incluye
a las redes de conocimiento, que se involucran en los procesos de toma de decisiones en materia
científica y tecnológica de la mano con el gobierno, con la característica de que éstos
participarán en la política pública de principio a fin.
Por tales razones, hoy en día al proferir sobre políticas públicas de ciencia y tecnología,
estas van de la mano de las políticas públicas de innovación, las cuales pueden definirse como:
La acción-respuesta de los actores sociales- Estado, Universidad, (Academia), Industria,
Sociedad Civil (ciudadanos)- en la búsqueda de la mejor estrategia para la satisfacción de sus
necesidades endógenas o exógenas, derivadas de su interactuar cotidiano con la sociedad y en la
sociedad, e insertarse en su comunidad internacional (la aldea global) (Salazar, 2010: 57).
Y con ello, debe hacerse énfasis en los procesos de aprendizaje, la difusión e incremento
de la complejidad del conocimiento, del mismo modo, que la relevancia que juega el individuo
como el activo que da vida a este proceso, todos como elementos claves de esta política.
En la medida que estas redes se construyan y fortalezcan en los países, se estará en
capacidad de multiplicar y asentar esas condiciones favorables para generar ventajas innovativas
nacionales, que no es más que, crear las bases apropiadas para el desarrollo de los procesos de
innovación, y asumirlas “como un problema estratégico de Estado, el cual se compromete a
estimular promover y proteger la creatividad y la inventiva nacional, y crear las condiciones para
crear una cultura sustentada en la innovación” (Salazar, 2010: 63).
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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