Sandra Milena Puerta-Vásquez y Verónica Johana Suárez-Molina
ISSN 2477-9024. Innova Research Journal (Enero-Abril, 2022). Vol. N7, No. 1, pp. 38-58
combinar las dos metodologías, sin dejar de lado en el momento en que
volvamos a la presencialidad la virtualidad. (Entrevistado 1. Línea 57-65).
Siendo así, el docente en la actualidad entiende los nuevos contextos en los que se
desarrolla lo educativo. Cabe anotar, que si bien la situación presente del aislamiento y no
presencialidad de las clases los docentes reconocen que se debe alternar ambos contextos para que
se potencialice la educación. Tal y como manifiesta Duarte (2003), los Ambientes Virtuales de
Aprendizaje (AVA), permiten que los estudiantes estén en un espacio que les es familiar por su
interacción con las redes sociales lo que permite que se generen interacciones positivas en pro del
desarrollo de las temáticas del aula de clase.
En cuanto a los recursos y medios, en general los docentes plantean el usos de herramientas
motivacionales como elemento indispensable de las estrategias didácticas, Anaya-Durand y
Anaya-Huertas (2010) postulan que se debe educar para aprender y por ello la motivación es vital
para desarrollar las diferentes actividades de clase y que además se generen aprendizajes
significativos. Tal y como lo expone el Entrevistado 1 para que el estudiante aprenda “debe tener
motivación, debe tener emoción, debe utilizar, obviamente, la memoria, pero sin emociones y sin
motivación es imposible poder desarrollar el aprendizaje, entonces, obviamente, esta motivación
y esta emoción, (…) les permiten la concentración” (línea 74-75). Es decir, la motivación en este
caso es el eje del aprendizaje y es necesario entenderlo como una herramienta para desarrollar los
diferentes logros de la materia.
Se plantean como competencias a desarrollar: la sensibilidad, la apreciación estética y la
comunicación y frente a este ítem los docentes manifiestan que las actividades que se pueden
incluir en el diseño de la estrategia didáctica son: creación de obras personales que logren impactar
a las demás personas. Según Palet (2018), la educación artística en la escuela busca no formar
artistas sino brindar experiencias que lo acerquen a la realidad y al entendimiento de sus contextos
y que desde ahí se desarrolle en pensamiento crítico y pueda ejercer su ciudadanía y participar
desde los análisis que surgen en los momentos de reflexión que lo circunden.
Tal y como lo expresa el Entrevistado 2 es importante para esta apropiación que sea “algo
experimental. Que esa experimentación de lo que ellos vayan a mostrar toque fibras, (…),
temáticas personales, pero muy abstractas, (…) pero que cuando una persona lo vea logre
transmitir como una sensibilidad y active como ese nivel sensorial” (Línea 66-69), lo que es
apoyado por el Entrevistado 3 cuando expresa que para el desarrollo de las competencias
específicas del área de artística es importante “(…), la creación de obras muy personales, desde la
vivencia de cada estudiante, de acuerdo con una temática específica, posibilita esas tres
competencias y la sensibilidad hacia el arte, entender que cada uno tiene una manera de interpretar
diferente” (Línea 73-81).
Con respecto a la secuencia didáctica, por un lado, el rol de los estudiantes se percibe desde
los entrevistados como dinámico, gestor de su propio conocimiento y motivado. Desde la
identificación que el estudiante realiza de sus gustos y este motivado a la tarea puede ayudar a
mejorar el proceso de aprendizaje. Es decir, el estudiante debe ser “propositivo, que no se quede
solo con la información que vos le das, sino que te pida ir un poco más allá, que sea crítico, que
cuestione, que nos desafíe a nosotros como docentes en el asunto de educativo” (Entrevistado 3.
Esta obra se comparte bajo la licencia Creative Common Atribución-No Comercial 4.0 International (CC BY-NC 4.0)
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
52