INNOVA Research Journal 2017. Vol. 2, No.5 pp. 190-204
Introducción
En los talleres mecánicos generalmente la reparación de los motores conlleva a la
verificación del estado de todas las piezas móviles y fijas del motor antes de la realización de un
trabajo de rectificación, pero en la mayoría de ocasiones los brazos de biela son reutilizados sin
una previa revisión de su estado o de un análisis de sus propiedades mecánicas. Un estudio
realizado en una empresa dedicada a la importación y comercialización de maquinarias de
rectificación de motores automotrices indica que el kilometraje aproximado para que un motor
necesite reparación es a los 300.000 km y un vehículo liviano alcanzaría este recorrido alrededor
de los 7 años de uso [1], estos valores también van a depender del cuidado y buen mantenimiento
que se dé al vehículo; caso contrario esto va influir en el desgaste anticipado de los elementos
fijos y móviles de un motor, ya que sobre cada elemento del motor actúan fuerzas o momentos
derivados de las condiciones físicas al momento de la combustión como la presión de los gases y
a las masas inerciales que están inmersas en un motor de combustión interna [2]. Según una
investigación sobre los desechos producidos en la rectificación de un motor de combustión
interna se rectifican 21 brazos de biela en un mes [3], lo que significa que estos elementos no son
cambiados, ya que los brazos de biela están diseñados para tener una vida infinita a la fatiga
debido a que este elemento está sometido a millones de repeticiones de ciclos de carga, esta
información fue obtenida de un análisis de la fractura de una biela de un compresor de
refrigeración [4].
La biela es un elemento fundamental en el funcionamiento de un motor ya que trasforma
la energía química generada por la combustión en una energía cinética, siendo el enlace entre la
absorción de la energía mecánica, por lo que la biela es el elemento más tensionado de un motor
[
4]. Este elemento genera esfuerzos de tracción, compresión y flexión al momento de realizar su
ciclo termodinámico de trabajo, debido a estos esfuerzos la biela es robusta en su diseño pero a la
vez lo más ligera posible para reducir la inercia y soportar los esfuerzos mecánicos a los que se
encuentra sometida [5], se fabrican por fundición de hierro o forjado por estampación de hierro
al carbono aleado con otros materiales, posterior a estos procesos se mecanizan los taladros de
engrase y los orificios del bulón y el cigüeñal [5].
No es muy común que una biela falle pero a través de diferentes trabajos de investigación
se determina diferentes causas o motivos del porque bielas han sufrido algún tipo de falla, esto
sucede cuando supera la tensión de fluencia del material y sufre un pandeo plástico que ocasiona
la ruptura del elemento [6]; también puede fallar por fatiga que es ocasionada por defectos en la
microestructura del material o por el excesivo desgaste del elemento, otra falla se genera por
problemas tribológicos entre la biela y el cigüeñal generando un desgaste severo por el enorme
aumento del coeficiente de fricción [4]. Una biela arqueada o retorcida sobre su eje provoca un
ruido desmesurado en el motor y este arqueamiento es ocasionado por un diámetro excesivo en
el pie o cabeza de la biela, por un ancho de la cabeza de biela deficiente o por un peso
inadecuado del elemento [5].
El objetivo de este estudio es el de analizar un brazo de biela de un motor que ha
alcanzado el kilometraje necesario para una reparación y no presenta ninguna falla en su
estructura, y comparar esto con el análisis de un brazo de biela nuevo; como se observa en la
figura 1 la biela que se analizó pertenece a un vehículo Trooper de motor Isuzu G200 y el
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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