INNOVA Research Journal 2017, Vol 2, No. 6, pp.35-51
Básica, en 2011 el Currículo para el Bachillerato General Unificado y en 2016 el Currículo de
los Niveles de Educación Obligatoria. Para El Ministerio de Educación del Ecuador (MinEduc,
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016) el actual ajuste curricular parte de los diseños curriculares anteriores y toma en
consideración la experiencia de los docentes presentando así una propuesta más abierta y más
flexible. A través del documento de Actualización y Fortalecimiento Curricular de la Educación
General Básica, el MinEduc (2010) expresa que las bases pedagógicas que sustentan la propuesta
curricular son la Pedagogía Crítica, que ubica al estudiantado como protagonista principal del
aprendizaje, dentro de diferentes estructuras metodológicas, con predominio de las vías
cognitivistas y constructivistas.
Sin embargo consideramos que falta mucho por profundizar en lo que se refiere a la
evaluación de los aprendizajes desde esta perspectiva, por tal razón presentamos las principales
características de la evaluación, desde una visión comparativa de un modelo pedagógico
tradicional con otro constructivista, que sirvan de base para realizar un análisis de los tipos de
evaluación, así como para proponer diferentes técnicas e instrumentos evaluativos a ser aplicados
en la educación matemática. Ver tabla 2.
Tabla 2
Características de la Evaluación desde la perspectiva de dos modelos pedagógicos
Modelo tradicional
Modelo constructivista
Predomina el conocimiento
memorístico de hechos, datos y
conceptos.
Se enfatiza los productos y no los
procesos, de los productos
generalmente se resalta la vertiente
negativa
Evaluación netamente cuantitativa,
pues el examen de lápiz y papel es el
principal instrumento de evaluación.
Se prioriza demasiado la función social
de la educación, de manera particular la
evaluación sumativa y acreditativa.
Generalmente se evalúa el aprendizaje
de los alumnos y no la enseñanza.
El docente es casi siempre quien define
la situación evaluativa, a veces de
forma autoritaria, sin dar a conocer a
los alumnos el por qué y el para qué de
la evaluación.
Pone énfasis en la evaluación de los procesos de
aprendizaje.
Evalúa la significatividad de los aprendizajes. De
este modo resulta deseable que el aprendiz logre,
junto con ciertos aprendizajes significativos, un
conocimiento condicional que le permita saber qué
sabe, cómo lo sabe, y en qué y para qué contextos le
puede resultar útil eso que sabe.
Evalúa la funcionalidad de los aprendizajes, es decir
que los estudiantes puedan utilizar sus aprendizajes
para resolver problemas o para conectarlos con
aprendizajes nuevos.
Propicia un aprendizaje autorregulado por parte de
los estudiantes
Evalúa y regula la enseñanza, da una fuerte
importancia a la función pedagógica de la
evaluación, reflexiona permanentemente sobre los
procesos de enseñanza, para tomar oportunamente
medidas correctivas, de ser el caso.
Evalúa aprendizajes contextualizados, obviamente
generando aprendizajes apegados a la realidad en el
proceso de enseñanza. Se trata de que el estudiante
utilice lo aprendido para la formulación y solución
de problemas reales.
Propicia un proceso de autoevaluación del alumno,
lo cual ayuda en el proceso de autorregulación de sus
aprendizajes. Persigue que el alumno entienda el por
qué y el para qué de la evaluación y haga suyos los
objetivos educacionales.
Para la evaluación se seleccionan los
ejercicios que casi nunca se revisan en
clase, pensando en que la transferencia
o generalización de saberes ocurre de
forma espontánea.
Evalúa el aprendizaje
descontextualizado, planteando
situaciones artificiales, que en
ocasiones generan desinterés y
desmotivación en los estudiantes.
Fomenta la coherencia entre las situaciones de
aprendizaje y las situaciones de evaluación.
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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