Christian Enrique Guerra Villalta, Leonor Mercedes Torres Rivadeneira, Nicolás Armando Sumba Nacipucha y Jorge
Manuel Cueva Estrada
ISSN 2477-9024. Innova Research Journal (Septiembre-Diciembre, 2021). Vol. 6, No. 3, pp. 211-226
emprendedores que involucran innovación y el crecimiento económico, medido por el PIB,
consolidando al emprendimiento como motor del crecimiento económico, tan necesario en países
de la región latinoamericana.
Los factores de nivel de educación, genero, grado de innovación e intensión emprendedora
están asociados con la autoeficacia del emprendedor; la población más común de estos estudios
han sido emprendedores universitarios (Valencia y Marulanda, 2019). Según la nueva ley orgánica
de emprendimiento e innovación, el ecosistema emprendedor es todo el entorno que facilita,
incluye y fomenta el desarrollo de empresas y proyectos en un lugar determinado; está articulado
entre actores públicos, privados, mixtos y de la economía popular y solidaria, con la academia.
Según Kantis et al. (2014) para los emprendimientos dinámicos de Sudamérica esta sinergia es la
clave para emprendimientos exitosos. El GEM usa variables relacionadas con la capacidad
emprendedora en un país. Las cuales son: el contexto social, político y cultural, condiciones del
país y su actividad emprendedora, las oportunidades y capacidades del emprendedor y finalmente
la dinámica entre negocios y crecimiento (Amorós, 2011; Arafat et al., 2020).
Otro componente importante en esta investigación es la población universitaria, según la
RAE la definición de universitario/a es un adjetivo para describir aquello perteneciente o relativo
a la universidad; ya sea este un profesor, graduado o estudiante. Se define como educación superior
a la formación académica y profesional con visión científica y académica. Dentro de la población
universitaria se pueden describir dos grandes segmentos generacionales. En primer lugar, los
millenials, quienes conforman aproximadamente la mitad de la fuerza laboral del mundo (United
States Census Bureau, 2016) y está catalogada como la menos comprometida con su trabajo
además de presentar altas expectativas de reconocimiento y comunicación (Meister y Willyerd,
2
010; Adkins, 2016; Liotta, 2012).
Los millennials son una generación digital, totalmente hiperconectada, miden el éxito a
través de trabajos flexibles que les permitan equilibrar trabajo y otras áreas de su vida, para
mantener relaciones interpersonales sanas y estables, por esta razón un 29% abandonaría un
empleo en donde no encuentra posibilidades de desarrollo profesional y un 38% se ve
emprendiendo su propio negocio en los siguientes 10 años de vida laboral (Pulgaron, 2019). La
teoría de Freire (2005) sostiene que la actividad de emprender no depende de tener una estabilidad
económica por parte de quien emprende, sino de la capacidad y habilidad que el individuo tenga,
por esta razón lo ilustra con un triángulo invertido que se apoya sobre el emprendedor.
La generación millennial no desea tener jefes, de ninguna índole, y buscan ser agentes
generadores de cambio e innovación que aporten algo significativo a la sociedad (Pontón y
Márquez, 2016); pretenden trabajar en algo que realmente los apasione, por eso uno de los factores
principales para emprender es la motivación.
El segundo segmento más representativo de la población universitaria son los centennials
o generación Z, nativos digitales que desean relacionarse a través de dispositivos móviles y se
caracterizan por no reconocer el principio de autoridad (Espiritusanto, 2016). Para esta generación
crear una empresa es sinónimo de cambio social y en general sus propuestas de negocio consisten
en iniciativas para la solución de problemas de su entorno. (Ortega y Villanova, 2016).
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Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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