E-learning F2F para mejorar la argumentación inductiva y deductiva.
Habilidades sociales. El aprendizaje y la práctica de las habilidades sociales se mencionan
como un tercer propósito de aprendizaje del aprendizaje mixto presencial. Compartir un espacio
físico o virtual, estar juntos se menciona como importante para los estudiantes que favorecen el
aprendizaje a través de las interacciones personales según lo indicado por un estudiante. Es
necesario ver a las personas, escuchar lo que otras personas tienen que decir y poder mirar a
alguien. Las reuniones face-to-face también se consideran importantes para conocerse
mutuamente, crear redes y relaciones sociales entre los estudiantes, no solo para aprender en el
aula sino también para que se reúnan y continúen su aprendizaje fuera de clase, así como para
ayudarse mutuamente a encontrar soluciones (Hall y Villareal, 2015 citado en Kjærgaard, 2017).
Por otro lado, la argumentación como variable dependiente se entiende como una
herramienta comunicacional que cumple una función social para aclarar cualquier discrepancia o
situación de conflicto (Silvestre, 2001) Como principales características de la argumentación se
tiene: La argumentación es multidimensional. Se compone de múltiples estructuras muy
consideradas en la filosofía y la lógica (Van Dijk, 1997). Es por ello que estas estructuras son
usadas para interpretar y explicar realidades pluralistas, interrelacionadas y multicausadas
(Zubiría, 2006). Es probabilística. Es decir, sólo en muy pocas ocasiones admite una implicación
lógica, dado que trabaja sobre contenidos reales, los cuales no dejan casi nunca encerrase en un
dilema entre el blanco y el negro, sino que admiten grados y niveles de veracidad y adhesión
(Zubiría, 2006). Es intermediaria para llegar a la verdad. La verdad es una afirmación debidamente
sustentada. Mediante la argumentación se puede cerciorar toda verdad (Habermas, 2002). Ante
este tipo de defensas, la argumentación debe ser clara y racional para validar cualquier postulado,
hecho o principio. Pero, en tanto es probabilística, necesariamente será una manera contextualizada
y determinada histórica y culturalmente de acceder a la verdad hoy, ahora y aquí (Zubiría, 2006).
Las dimensiones de la argumentación no solo se orientan a la razón (a la mente) sino al
corazón (la afectividad) y a la voluntad (la acción). De esto, Niño (2012) agrupa de manera más
organizada los dos tipos generales de argumentación: la argumentación inductiva y la
argumentación deductiva. Es de esta manera como la argumentación recurre a diferentes formas
de abstracción. En el lenguaje de la teoría se conoce como argumentos deductivos, inductivos o
analógicos (Zubiría, 2006). Es decir, la argumentación inductiva incluye los argumentos de
observación y experiencia, de ejemplificación, de analogía, de autoridad, de causas. La
argumentación deductiva, entendida como el uso de silogismos.
Los argumentos inductivos. Este grupo de argumentos compuesto de proposiciones son de
mayor uso en escenarios distintos de la vida diaria: en la familia, de índole laboral, científica y/o
educativa. La fuerza probatoria de estas proposiciones está en la solidez de la idea, pertinencia y,
sobre todo, la veracidad. Sin embargo, la certeza de la conclusión no está absolutamente probada.
A continuación, se explica a cada uno de estos argumentos (Niño, 2012) o llamados sub
argumentos por Zubiría (2006).
Argumentos basados en la observación y la experiencia. En esta clase de argumentos lo
afirmado en la tesis se comprueba que lo dicho es cierto señalando casos específicos (Zubiría,
2
006). Es decir, se basa en la constatación posible de los hechos o cualquier referencia que nos
permite comprobarlos. Ejemplo: hábitos, costumbres y acontecimientos que puedan ser razón para
formular una conclusión (Niño, 2012).
Esta obra se comparte bajo la licencia Creative Common Atribución-No Comercial 4.0 International (CC BY-NC 4.0)
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
27