INNOVA Research Journal 2017. Vol. 2, No.5 pp. 45-59
presupone para la ETP la existencia de variadas interpretaciones sobre su función dentro del
proceso curricular.
Desde la anterior perspectiva, el diseño curricular en la ETP ha de reflejar los aspectos
culturales y las tradiciones de la sociedad en relación con la intención que tiene la formación de
los obreros y técnicos, así mismo, las relaciones entre teoría y práctica en dicho proceso, lo que
satisface las ideas de Kemmis (1986: 30), al plantear que “el problema central de la teoría del
currículo debe ser entendido como el doble problema de las relaciones entre la teoría y la
práctica, por un lado, y el de las relaciones entre educación y sociedad, por otro”.
Los elementos anteriores sitúan al problema del diseño curricular en el centro de los
problemas de la teoría curricular, pues tienen relación con el tipo de profesional que este
subsistema debe formar y con la proyección de la escuela politécnica en el cumplimiento de su
misión para favorecer el desarrollo de la sociedad.
En correspondencia con lo planteado se valora la posición epistemológica que permita,
desde la definición de diseño curricular, hacer realidad sus funciones de capacitar al futuro
profesional técnico; de actualizar los contenidos de enseñanza en las diferentes materias a partir
de los avances de la Ciencia y la Técnica y de lograr la vinculación escuela - sociedad.
Los autores de este artículo coinciden con las ideas de Forgas (2003), Barrios (2005) y
Polo (2012), quienes asumen la definición que sobre diseño curricular ofrece Fuentes (2000:5)
quien plantea que “es el proceso creador mediante el cual se obtiene el currículo y que como
actividad de diseño implica definir bases o criterios para el diseño, sistematizar, secuenciar,
controlar y retroalimentar para que el resultado satisfaga la necesidad de su elaboración”.
En la definición asumida se destacan tres elementos que han sido poco atendidos en la
historia del desarrollo de la ETP cubana: su carácter creador que implica, entre otros aspectos, un
mayor protagonismo de sus participantes en la sistematización que se ha de generar en cada uno
de los componentes didácticos y la posibilidad de retroalimentación a que deben ser sometidos
de manera continua y constante los mismos en sus niveles de concreción, cuestiones que, a
diferencia de las definiciones de diseño curricular dadas por Valdés y Portuondo (1997), Álvarez
C. (1999), Addine y otros (2000) y Castañeda (2007), imprimen una nueva dinámica a este
proceso.
El análisis referido permite profundizar no solo en la caracterización del diseño
curricular, sino también en sus relaciones más esenciales; la primera, dada entre el medio social
y el proceso formativo y la segunda, de manera interna entre sus componentes.
El conocimiento científico acerca del diseño curricular está determinado por la primera
ley de la Didáctica, “Relaciones del proceso docente educativo con el contexto social: La escuela
en la vida”, (Álvarez, C., s/f: 39). Son diversas la ideas acerca del sistema que este conocimiento
determina, y cuando de la ETP se trata, generalmente se parte de la existencia de necesidades
sociales que justifican la presencia de profesiones técnicas en las cuales se exige la formación de
un sujeto para que resuelva, a través de su desempeño profesional, la producción de bienes
materiales y de servicios. De esta manera es que queda establecido el nexo entre las profesiones
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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