INNOVA Research Journal 2017. Vol. 2, No.4 pp. 148-154
Introducción
La velocidad del progreso científico, tecnológico y organizativo requiere más capacidad
de respuesta, adaptabilidad y anticipación de las organizaciones, en la implementación de
capacidades más cognitivas que técnicas. En este contexto, la competencia proviene de la
capacidad de estar bien informado y constantemente capacitado.
Dada esta realidad, las universidades deben realizar una reformación de su sistema de
formación, que permita incorporar a la sociedad un profesional con capacidades de adaptación a
los cambios cada vez más rápidos en la sociedad del conocimiento.
Los sistemas educacionales precedentes al siglo XXI estaban enfocados en desarrollar un
contenido determinado en el individuo, donde la materia prima eran las energías y los recursos
naturales, en contraparte la sociedad de hoy denominada como ¨Sociedad del Conocimiento e
Información¨, impera el individuo y su capacidad al cambio. Por tanto, la globalización y la
sociedad del conocimiento son realidades irrefutables en el mundo contemporáneo e imponen
nuevos retos a las instituciones de educación donde se forman profesionales, a las que se les
demandan cambios sustanciales en los procesos docentes y en los modelos para la educación. La
actual sociedad requiere, formar en los futuros profesionales de la ingeniería aquellas
capacidades de acción e interacción que les posibiliten desempeñarse exitosamente, con énfasis
en el modo de ser que el sujeto configura y proyecta, para desenvolverse en el mundo con una
visión y una identidad propia. Un profesional de la ingeniería, cuyo desempeño esté en
correspondencia con las necesidades y características de la sociedad en que desempeñará sus
funciones, como ciudadano responsable de las transformaciones cualitativamente superiores que
habrán de producirse; un profesional que sepa hacer con conocimiento científico, que sepa
extraer propuestas no sólo técnicas sino de progreso científico y humanista, un profesional
flexible y trascendente, con capacidad no sólo para adaptarse a un mundo lleno de tecnología
cambiante, sino para ser un promotor de cambios con una visión y una identidad propia y sobre
todo que sepa auto educarse durante toda su vida.
Por lo anteriormente comentado, este trabajo tiene como objetivo: Proponer un cambio en
el proceso de formación del ingeniero, mediante la incorporación al sistema de formación por
competencias del modelo metodológico en T, para la generación de capacidades generales que
respondan a la sociedad y al desempeño profesional esperado en los ingenieros del siglo XXI.
Materiales y Métodos
El enfoque de competencias implica cambios y transformaciones profundas en los
diferentes niveles educativos, y seguir este enfoque es comprometerse con una docencia de
calidad, buscando asegurar el aprendizaje de los estudiantes.
Modelo de Formación basado en Competencias
El concepto de competencia proviene del desempeño profesional en el mundo laboral,
donde se define como la capacidad de resolver un problema.
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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