INNOVA Research Journal 2020, Vol 5, No. 3.2, pp. 33-46
Es necesario tener en cuenta que lo planteado por el MiniEduc, es para todas las
instituciones del país, sin embargo, a nivel de educación particular, estas están en libertad de
utilizar los mecanismos tecnológicos que crean necesarios. Dentro de las herramientas que se
emplean son Moodle, Blackboard, Zoom, Microsoft Team, etc. es interesante por ejemplo que
instituciones de particulares de un nivel económico medio emplea el uso de Moodle y Zoom,
inclusive con licencias gratuitas, donde la comunicación en una reunión de zoom dura apenas 40
minutos. Por otro lado, las instituciones educativas de un nivel económico alto emplean
Blackboard, como es el caso del Sir Thomas Moree, Ecomundo, Delfos, etc.
Una vez expuesta toda la cuestión tecnológica en este nivel educativo, es importante
poner en discusión sobre todo al acceso a la tecnología en específico de los estudiantes que
pertenecen a instituciones públicas, teniendo en cuenta que:
En Ecuador, solo el 37 por ciento de los hogares tiene acceso a internet, lo que significa
que 6 de cada 10 niños no pueden continuar sus estudios a través de plataformas digitales. La
situación es más grave para los niños de zonas rurales, solo el 16 por ciento de los hogares tiene
este servicio. (Vohlonen, 2020)
A partir de lo que propone la autora, es necesario poder realizar un análisis logrando
visualizar si al finalizar el año lectivo 2020-2021 se cumplirán con los objetivos propuestos para
que los niños, niñas y jóvenes que conforman el sistema educativo, sobre todo fiscal, logren
alcanzar los conocimientos mínimos. En este sentido, Vivanco (2020) haciendo un análisis de la
situación educativa virtual a nivel del país expone que, “(…) los hogares del estrato
socioeconómico más desfavorecido, aquellos de los grupos tradicionalmente excluidos y
marginados están en obvia desventaja al no contar con acceso a internet, lo cual les impide
continuar con el proceso educativo de sus hija/os”. (p. 5)
En efecto, el acceso a la conectividad de parte de los estudiantes en este caso, padres de
familia y estudiantes, desvela una realidad socioeconómica que está entretejida en esta
configuración. Ya que no solo se trata de la conectividad, si no de poseer los recursos
tecnológicos necesarios para realizar las respectivas conexiones. Como lo indica el diario
Expreso “Se calcula que un millón de niños y adolescentes no tienen computador, laptop o un
teléfono inteligente; tampoco tienen cuentas de Internet en sus casas ni en sus móviles”
(Expreso, 2020). Esta realidad redactada por un diario de la ciudad de Guayaquil, es constatada
con la información levantada a raíz de la escritura del presente documento, es así, que Walter
Carrasco, docente de la Escuela Fiscal Cerro del Carmen indica que, “el cumplimiento tardío de
las tareas y trabajos, e inclusive las no entregas de las mismas, que propone por cada asignatura
se debe a que por familia poseen solo un dispositivo móvil, por ende, realizar las tareas cuando
se tienen dos o tres hijos se vuelve complicado” (W. Carrasco, comunicación personal, 23 de
junio 2020)
Todo lo antes expuesto, lleva a que se cuestione por completo todo el proceso educativo
que se está implementando en el país, pues tratando de elaborar un criterio global, predomina un
comunicación empática, la toma de decisiones, el trabajo colaborativo, el manejo de las tecnologías, la formación en
valores, la contención emocional de los estudiantes y la participación de las familias. (Ministerio de Educación, 2020)
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Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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