INNOVA Research Journal 2021, Vol 6, No. 1, pp. 1-17
comunidades, es decir, los líderes son miembros específicos que se caracterizan por niveles más
altos de actividad en la comunidad (Muller, 2016).
Autoeficacia emprendedora
La autoeficacia emprendedora es el constructo más viable que ha permitido comprender
el comportamiento de actividades de emprendimiento en diversas áreas. Según las
investigaciones quienes poseen altos niveles de autoeficacia emprendedora usan sus habilidades
y esfuerzos para desarrollar y mantener los emprendimientos durante el tiempo (López, Flores, y
Bojórquez, 2016). La autoeficacia emprendedora evalúa la percepción de un emprendedor sobre
las capacidades y habilidades para realizar diversas acciones cuando se desarrolla el
emprendimiento, en resumen, se refiere a las creencias propias del emprendedor para ejecutar las
situaciones que conllevan un emprendimiento (Krueger y Carsrud, 1993). Las creencias propias
en las habilidades de emprendimiento tienen un impacto positivo en la manera de pensar y
comportarse de los emprendedores, se ha considerado esta variable como un precursor de la
intención de emprendimiento (Bandura, 1999).
La autoeficacia se ha relacionado con diversos constructos que tratan de explicar el
comportamiento emprendedor, generando respuestas relacionadas hacia actitudes que explican
factores que determinan la actividad emprendedora, manteniéndose en un mercado competitivo
en el largo plazo, integrando aspectos relacionados a la innovación y la creatividad (López,
Flores, y Bojórquez, 2016). La autoeficacia emprendedora es una característica distintiva del
emprendedor y las comunidades pueden trabajar para crear un entorno que mejore la misma al
hacer que los recursos estén disponibles y sean visibles, publicitar los éxitos empresariales,
aumentar la diversidad de oportunidades y evitar políticas que creen obstáculos reales o
percibidos. En cualquier caso, lo que sí queda claro es que la autoeficacia percibida afecta el
comportamiento no sólo directamente, sino también como variable interviniente y mediadora,
condicionando aspiraciones, expectativas, predisposiciones y hasta la evaluación de
posibilidades de éxito/fracaso en el medio social.
Diversas investigaciones han reportado factores propios que caracterizan el
comportamiento emprendedor y que se relacionan con habilidades y competencias
emprendedoras, entre las principales se encuentran la motivación, el liderazgo, la personalidad,
la toma de riesgos, la autoconfianza, la creatividad; de igual manera, se ha reportado factores
relacionados al ambiente comunitario, social, organizacional. De igual forma, existen atributos
que integran la creación de nuevos emprendimientos como: los marcos de referencia familiar y
social, el género, la edad, la ubicación geográfica, la educación recibida, el grado de
conocimiento en una temática específica, la experiencia laboral (Palma, 2011). En consecuencia,
se puede observar que las habilidades de emprendimiento son una vía relevante para el
crecimiento y desarrollo de un país. (Pérez, Fernández, Ubierna, y Arranz, 2016) y es ahí donde
radica la creciente importancia en conocer cómo se desarrollan las habilidades emprendedoras,
las cuales crean actividad económica en las regiones mediante el desarrollo laboral y empresarial
(Xu, 2014). Por esta razón, los gobiernos han invertido ingentes cantidades de recursos para
desarrollar estas habilidades en sus ciudadanos. (Pérez, Fernández, Ubierna, y Arranz, 2016),
pues las mismas están influenciadas por las condiciones económicas, sociales, culturales y
políticas. (Lasio, Caicedo, Ordeñana, Samaniego, y Zambrano, 2016)
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Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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